Decir no a los niños nunca es fácil pero desde luego que sí es necesario. Los niños no son capaces de distinguir el bien y el mal y nosotros estamos ahí para educarles y ayudarles. Decirles sí a todo por evitar conflictos no tiene ningún sentido. Muchos padres no niegan nada a sus hijos para 
evitar frustraciones pero más bien conseguirán lo contrario.
Aunque a veces nos sintamos culpables por no complacer en todo a los más pequeños, en el fondo sabemos que es por su bien. Decir no a los niños es una de las claves fundamentales en su educación. Cuando un niño nos pide algo, en un principio debemos ser inflexibles porque si hay veces que cedemos y otras que no, sólo estamos dándole mensajes contradictorios sobre lo que pueda hacer o no hacer. No obstante, podemos concederle de vez en cuando algún capricho. Si premias a tu hijo con uno de sus deseos, haz que lo valore. Dile que es un premio por su buen comportamiento, por algo que ha hecho bien pero también ha de comprender que esto no es lo habitual.
Al convertirnos en padres son muchas las dudas que nos asaltan. Cada vez son más las razones para decir no a los niños aunque dicho comportamiento sea contraproducente para ellos. Evitar conflictos durante el (poco) tiempo que estamos con ellos, protegerlos de futuros responsabilidades o situaciones que experimentarán en su vida o eludir situaciones que creen un sentimiento de rechazo de nuestros hijos a nosotros mismos.
Es cierto que los niños son seres frágiles y que necesitan de nuestra protección. Pero debemos comprender que más vale crear una situación de desilusión a tiempo que no derivar en conflictos más grandes. Los niños deben asimilar que cuando los mayores les dicen que no es solamente por su bien.
evitar frustraciones pero más bien conseguirán lo contrario.Aunque a veces nos sintamos culpables por no complacer en todo a los más pequeños, en el fondo sabemos que es por su bien. Decir no a los niños es una de las claves fundamentales en su educación. Cuando un niño nos pide algo, en un principio debemos ser inflexibles porque si hay veces que cedemos y otras que no, sólo estamos dándole mensajes contradictorios sobre lo que pueda hacer o no hacer. No obstante, podemos concederle de vez en cuando algún capricho. Si premias a tu hijo con uno de sus deseos, haz que lo valore. Dile que es un premio por su buen comportamiento, por algo que ha hecho bien pero también ha de comprender que esto no es lo habitual.
Al convertirnos en padres son muchas las dudas que nos asaltan. Cada vez son más las razones para decir no a los niños aunque dicho comportamiento sea contraproducente para ellos. Evitar conflictos durante el (poco) tiempo que estamos con ellos, protegerlos de futuros responsabilidades o situaciones que experimentarán en su vida o eludir situaciones que creen un sentimiento de rechazo de nuestros hijos a nosotros mismos.
Es cierto que los niños son seres frágiles y que necesitan de nuestra protección. Pero debemos comprender que más vale crear una situación de desilusión a tiempo que no derivar en conflictos más grandes. Los niños deben asimilar que cuando los mayores les dicen que no es solamente por su bien.
